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Educación

PRESENTACIÓN / CLASES MAGISTRALES / REFERENCIAS

Estimados visitantes,

 

Desde mis primeros pasos en el mundo profesional, como director de coro del CNIPAL de Marsella, la enseñanza siempre ha formado parte de mi vida. Este puesto era un símbolo en sí mismo: director de coro y profesor. Para el joven director que yo era, fue una experiencia ideal para comprender que dirigir un coro o una orquesta es ante todo una cuestión de psicología humana y de pedagogía. Nunca se sabrá hasta qué punto esta actividad de director de orquesta y de coro se basa en una asombrosa paradoja: ¡el hecho de que uno mismo no produce ningún sonido! Y, sin embargo, todo lo que emana de nuestro cuerpo, nuestra cabeza, nuestra mirada y nuestros gestos influye considerablemente en el sonido que producen aquellos a quienes dirigimos.

 

Desde aquella primera experiencia profesional, nunca he dejado de pensar en la psicología de grupo, en la comunicación, en la pedagogía y en la gestualidad. Ya sea para una orquesta o para un coro, el gesto es siempre la prolongación de una convicción profunda y de una escucha interior guiada por nuestro corazón y nuestro oído interno.

 

A esta reflexión intelectual y pragmática se añadió mi práctica del yoga Yoga Iyengar, que uno de los más grandes violinistas del siglo XX, Yehudi Menuhin, promovió en Occidente tras su decisivo encuentro con el maestro B.K.S Iyengar en Bombay.

 

¡El yoga es mi compañero diario desde hace más de 20 años, esté donde esté y sea cual sea la altitud! Porque ha cambiado mi vida como ser humano, como músico y como profesor. Me ha ayudado a construir un equilibrio armonioso entre mi cuerpo y mi mente, entre la respiración divina, universal y mi actividad musical. Tomar conciencia de tu cuerpo y de lo que la naturaleza divina te ha dado es el primer paso antes de estudiar el lenguaje gestual codificado de la dirección orquestal y coral. Pero el yoga también es inestimable para trabajar nuestra espiritualidad, nuestro Ser. Porque más allá del gesto, lo primero que comunicamos a los demás es ¡quiénes somos realmente!

 

Tan pronto como llegué a Venezuela en 2012 para fijar mi residencia, comencé a enseñar la dirección coral y orquestal como profesor invitado en la Universidad de Los Andes, en Mérida, luego en clases particulares, clases magistrales y como parte de colaboraciones con El Sistema. Paralelamente a mi trabajo como director de orquesta y coro, enseñar a dirigir se ha convertido con los años en una pasión; una pasión por compartir mi experiencia y la diversidad de los repertorios que he abordado, pero, sobre todo, una pasión por ayudar a los jóvenes directores a desarrollar su técnica y a responder a las dudas y preguntas que surgen ante la complejidad y las exigencias de esta profesión-pasión. Al igual que las Asana, las posturas de yoga que se construyen lentamente a través del poder de la respiración y la confianza en uno mismo, me gusta transmitir a los jóvenes directores un enfoque holístico de la enseñanza que les permita, poco a poco, construir su personalidad con autenticidad, a través del gesto y la comunicación, y una visión musical de las obras basada en un estudio profundo y respetuoso de la partitura.

 

Gracias a esta experiencia docente y a mi deseo de abrirme a los demás, me siento más atraído que nunca por la enseñanza.

 

Si es usted estudiante, jefe de un departamento universitario o director de un establecimiento de enseñanza musical, y busca clases magistrales de dirección orquestal y coral o proyectos innovadores para sus orquestas y coros juveniles, no dude en ponerse en contacto conmigo. En 35 años de intensa y polifacética actividad, mi insaciable curiosidad me ha permitido adquirir un vasto repertorio, desde las grandes polifonías corales del Renacimiento hasta el corazón del repertorio sinfónico, pasando por la inagotable riqueza de las obras operísticas. Esta diversidad musical me ha permitido comprender mejor la música, su historia y la evolución de su lenguaje. Ahora estoy deseando transmitírselo a los demás.

 

Estoy esperando conocerles y compartir una maravillosa aventura humana y musical,

 

Christophe Talmont